Los “Clubes de Juego” fueron instancias gestionadas y ejecutadas por Monitoras Comunitarias, es decir, mujeres de la misma comunidad en la cual se insertaron éstos, que fueron seleccionadas y capacitadas en el cuidado y atención de los menores por un equipo constituido conjuntamente entre CEANIM y la Fundación para la Superación de la Pobreza.
Ellas fueron contratadas y capacitadas para desarrollar un trabajo durante ocho meses, que contribuyera a la demanda de la ciudadanía por contar con espacios alternativos para la atención y cuidado infantil.
CEANIM, como institución responsable de los Clubes de Juegos, focalizó su trabajo a partir de un diagnóstico respecto a las necesidades de diversas comunas, eligiendo 5 de éstas para movilizar a su equipo de Trabajadoras Comunitarias y profesionales, y para la obtención de un recinto que permita instalar en ellas un Club de Juegos.
En este proyecto resultó clave el aporte de dirigentes de las Juntas de Vecinos y de organizaciones funcionales, debido a que se trató de un servicio para su comunidad. Finalmente, las mujeres contratadas o Trabajadoras Comunitarias son vecinas que aprenden un oficio y son habilitadas para ejercer un empleo dentro de su comuna.
